Según se informa, las autoridades de Sri Lanka han cedido una concesión de 99 años a una empresa china para la operación del puerto de Hambantota, en el extremo sur de la península y, por tanto, muy cerca de las provincias indias de Kerala y Pondicherry. Este anuncio se suma a los relativos a la apertura de una base naval china en las Maldivas y de bases chinas en Bangladesh y Pakistán.
El gobierno indio ha expresado su preocupación de que esta concesión civil sea utilizada por buques de la Armada china, lo que encerrará aún más a la India en el collar de perlasque constituye las múltiples bases navales y aéreas chinas que se han establecido en la zona del Indo-Pacífico en los últimos años. En el Pacífico, fueron las autoridades australianas y neozelandesas quienes expresaron su preocupación por las conversaciones iniciadas entre las autoridades chinas y representantes de la isla de Vanuatu para desplegar allí una base naval, a sólo 2000 km de la costa australiana.
Si en los últimos años la rivalidad chino-india se ha abordado principalmente desde el aspecto terrestre, con las repetidas fricciones entre los ejércitos de los dos países en la meseta de Doklham, es el aspecto naval el que representa la cuestión más estratégica para la India.
De hecho, hoy la India casi no tiene aliados en sus fronteras, mientras que no le faltan adversarios, en primer lugar la alianza chino-paquistaní. Además, su aliado continental más poderoso, la Federación de Rusia, parece estar alejándose gradualmente de ella y acercándose a China y, lo que es más sorprendente, a Pakistán.
De hecho, el acceso a los océanos Índico y Pacífico representa una cuestión vital para la principal democracia del mundo, ya que es la única línea de comunicación que queda en caso de conflicto. Y es desde este punto de vista que el anuncio relativo al puerto de Hambantota alerta a las autoridades y al Estado Mayor Naval indio. De forma aislada, este anuncio puede no tener consecuencias, aunque este puerto está estratégicamente situado para controlar las transferencias entre los dos océanos. Pero si ponemos en perspectiva los anuncios sobre bases navales en Pakistán, en las maldivas, y en Bangladesh, parece que son capaces de crear un bloqueo naval de todos los puertos indios.
Por otro lado, la apertura de bases navales chinas siempre va acompañada de importantes inversiones económicas en la economía local y nacional del país anfitrión, aumentando su dependencia económica de China y fortaleciendo el control chino sobre sus autoridades políticas. Así, Bangladesh, al igual que Nepal, firmó recientemente acuerdos de cooperación militar y de defensa con Beijing.
Enfin, la Marine Chinoise dispose désormais des forces nécessaires et suffisantes pour se déployer dans ces ports, avec des navires dont la puissance militaire n'a rien de symbolique, créant des points d'appui important pour verrouiller une grande part des routes commerciales transitant dans la zona. Estos puntos dependen de múltiples bases aéreas y navales en territorio chino, así como en el Mar de China, ahora enteramente bajo control de Beijing, a pesar de lo que dicen las autoridades internacionales.
La India intenta reaccionar y anunció el mes pasado la firma de un acuerdo con las autoridades de las islas de Seychellesestablecer también allí una base naval. Pero, sobre todo, podemos establecer un vínculo directo entre esta situación y la urgente necesidad expresada por la Armada de la India de buques de asalto porta-helicópteros, como el BPC Mistral francés, siendo estos barcos imprescindibles para realizar asaltos por mar. Un anuncio que se hace eco del realizado por las autoridades japonesas sobre la creación de una brigada anfibia, la primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, anticipando una estrategia de "salto" implementada por el almirante Nimitz durante la Guerra del Pacífico.