Si Rusia comunica muy poco sobre el desempeño de su futuro sistema de detección y defensa antiaérea y antimisiles S-500, la información logra filtrarse a través de las declaraciones de los militares e industriales rusos. Así, ahora se considera muy probable que el sistema S-500 esté basado en una arquitectura modular y escalable, permitiendo la adición de diferentes detectores y misiles especializados en algunas tareas, el sistema permite fusionar datos y su procesamiento redundante. Así, ciertos radares y misiles estarán dedicados a la vigilancia y protección de misiles antibalísticos, mientras que otros tendrán funciones antiaéreas y antimisiles de crucero.
El S-400 también, en menor medida, tiene funciones similares, y se han integrado radares VHF/UHF de baja frecuencia para detectar y atacar aviones furtivos como el F-22 o el F-35. Por otro lado, el S-400 no cuenta con un sistema de fusión de datos ni capacidades de participación cooperativa, CEC en inglés.
Cabe señalar que, si bien la defensa antiaérea rusa ya ha adoptado paliativos en relación con los aviones furtivos, actualmente está llevando a cabo intensas investigaciones para poder contrarrestar dispositivos de baja observabilidad que evolucionan rápidamente a muy baja altitud. perfil de penetración de Rafale y misiles de crucero como el SCALP. Por ahora, la única defensa contra este tipo de ataque sería una mayor integración de los sistemas de detección aéreos, como los aviones EAW Mainstay. Pero, como ocurre con los Awacs de la OTAN, estos dispositivos muy vulnerables serán los objetivos preferidos de misiles aire-aire de largo alcance como el Meteor.