Si tuviéramos que quitarnos una sola tendencia de este salón EuroSatory 2018 sería la fuerte llegada de los robots armados, tanto a las gradas como a los planos de equipamiento de las fuerzas armadas.
Lejos del debate sobre los robots asesinos, los robots presentados siendo, en su mayor parte, controlados por un operador, los beneficios operativos de estos drones armados, ya sean terrestres o aéreos, abren desarrollos tácticos que ningún estado mayor quiere ni puede ignorar. .
Una vez más, y esto se está convirtiendo en una costumbre últimamente, no es la industria occidental la que tiene el control de esta tecnología, sino la industria de defensa rusa, que ya ha utilizado estos robots en operaciones en Siria, y quizás incluso en Donbass. Pero a diferencia de las armas hipersónicas, la industria occidental, especialmente la europea, supo reaccionar rápidamente, y las propuestas y los manifestantes en la feria EuroSatory son prueba de ello.
Entre estos robots, destaca El dron IMPACT de MBDA : basado en el dron terrestre THeMis de Milrem Robotics, este robot lleva dos misiles antitanque MMP de última generación, que acaba de demostrar un rendimiento superior a las expectativas durante la campaña de pruebas del Ejército. Con una firma térmica muy baja, el IMPACT será un oponente formidable para los tanques y blindados contrarios, al tiempo que permitirá a la infantería permanecer fuera del alcance de una respuesta.
Sin embargo, no podemos ignorar ciertas consecuencias de estos sistemas robóticos, ya sean ofensivos o defensivos, que corren el riesgo de promover la idea de una guerra sin riesgos y sin pérdidas. Sin embargo, la historia demuestra que ningún sistema armamentista ha logrado jamás este objetivo, y que las consecuencias fueron a veces dramáticas, ya sea la llegada de artillería pesada durante la Primera Guerra Mundial, o de bombarderos pesados durante la Segunda, de los cazabombarderos estadounidenses en Vietnam, etc.