Mientras el segundo buque de asalto ruso de la clase Ivan Green comienza sus pruebas en el mar, las reacciones de este nuevo barco de desembarco ruso, que pretende ser la respuesta de la industria naval rusa a la cancelación del contrato de los BPC franceses, son bastante malas, sobre todo en lo que respecta a la Calidades náuticas del edificio.
Por eso la Armada rusa ha planeado la fabricación de dos nuevos edificios tipo LHD (por Landing Helicopter Dock, porta-helicópteros) derivado del concepto Priboy de las oficinas de diseño de Krylov, durante el plan decenal de equipamiento 2018-2027.
Aparentemente inspirado en el concepto Priboy, presentado hace dos años, el nuevo edificio tendrá sin embargo unas dimensiones más pequeñas y un tonelaje de 14.000 toneladas en lugar de las 24.000 previstas.
Rusia tiene numerosas costas marítimas que se beneficiarían de este tipo de barcos: Mar del Norte y Atlántico, Mar Báltico, Mar Negro y Mediterráneo, Océano Pacífico. Estos barcos aumentarían de manera muy significativa las opciones tácticas de las fuerzas rusas y de sus grandes unidades de tropas navales. Sin embargo, el despliegue de tales buques no puede preverse sin una importante protección aérea y antisubmarina, y la Armada rusa de alta mar no podrá desplegar los buques necesarios antes de 2024/2025, y la llegada de las 8 fragatas pesadas Super Gorshov, la modernización de los 2 Kirov y los 3 Slavas, y quizás la llegada de los primeros Líderes.
Hasta entonces, las capacidades de movilidad naval de las fuerzas rusas seguirán siendo limitadas, principalmente restringidas a mares cerrados como el Mar Báltico, el Mar Negro y, posiblemente, el Mediterráneo.