sábado, 9 de noviembre de 2024

La guerra electrónica se apodera del campo de batalla terrestre

Durante el ejercicio Zapad-2017, que se celebró a principios de septiembre del año pasado cerca de las fronteras de Rusia, Bielorrusia, Finlandia y los países bálticos, las unidades de guerra electrónica rusas lograron bloquear los sistemas GPS y GSM de todos los países fronterizos. Esta poderosa y eficiente capacidad de interferencia también se ha observado en Siria y el Donbass.

A diferencia de los sistemas de interferencia anteriores, los dispositivos rusos estaban basados ​​en tierra, no en el aire ni en la marina, y estaban destinados a interferir las señales electrónicas de las unidades terrestres.

De hecho, hoy en día las fuerzas terrestres dependen cada vez más de sus capacidades para recibir y transmitir información, ya sea a través de satélites o redes inalámbricas. Y este fenómeno se reforzará con la aparición de sistemas de información en el campo de batalla, como aquel en torno al cual se construye el programa francés SCORPION. 

Sin embargo, tan pronto como el conflicto se intensifica, entre Estados tecnológicamente avanzados, esta dependencia del intercambio de datos puede convertirse en una debilidad, o incluso en un medio para neutralizar una fuerza, gracias a los dispositivos de interferencia.

En este ámbito, Rusia, que ha desarrollado un verdadero virtuosismo para explotar lo mejor posible todas las debilidades e inconsistencias de las fuerzas de la OTAN, ha desarrollado nuevos dispositivos de interferencia montados en vehículos terrestres desde 2005 y no ha dejado de mejorarlos desde entonces. 

Por el contrario, para los occidentales la necesidad era mucho menos obvia, sobre todo debido a la naturaleza de los conflictos en curso, como los de Afganistán, Irak o Mali, con un adversario tecnológicamente débil. Como se ha comentado varias veces aquí, Francia, como la mayoría de los países occidentales, había relegado la hipótesis de una guerra entre Estados, o de alta intensidad, a los libros de historia. Desde la anexión de Crimea por Rusia y de las islas Paracelles y Spratly por China, esta hipótesis ha vuelto con fuerza. Así es como los sistemas de defensa antiaérea de corto alcance, la artillería de largo alcance y los blindados modernizados han regresado a las prioridades de equipamiento de las fuerzas. 

Obviamente, los dispositivos de interferencia son parte de estas necesidades urgentes, y Los ejércitos ahora están invirtiendo en esta área., al igual que los equipos capaces de seguir funcionando en un entorno de interferencia intensa. 

En el futuro, la victoria en el campo de batalla estará determinada tanto por enfrentamientos físicos como electromagnéticos.

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