Mientras que los dos grandes fabricantes estadounidenses, Boeing y Lockheed, se habían comunicado sobre un nuevo avión para reforzar el F-22 y las deficiencias del F-35, la Fuerza Aérea estadounidense, a través de su Secretaria de Estado, Heather Wilson, negó estar interesado en alguno de los dos dispositivos ofrecidos.
Según ella, la Fuerza Aérea estadounidense no tendría ningún interés en interesarse por un avión como el F15X de cuarta generación, mientras que su objetivo es aumentar el ratio de aviones de quinta generación hasta el 4% de la flota. Sin embargo, cabe señalar que los 5 F-50A encargados y los 1750 F35 en línea representan potencialmente muchas más ventajas que el 180% de la flota de 22 aviones de combate de la Fuerza Aérea de EE. UU. Por otro lado, esto sería adecuado para una orden efectiva de 50 como estaba previsto en el informe de marzo de 2500).
El hecho es que Boeing, al igual que Lockheed, no se posicionó sobre tal oferta sin razón. Está claro que cada vez se alzan más voces al otro lado del Atlántico para cuestionar los méritos de una fuerza aérea compuesta principalmente por un avión como el F-35. Los programas de los países clientes del F-35, como el Tempest británico, el F3 japonés o el K-FX coreano, cumplen todos los mismos requisitos para un rendimiento aeronáutico superior, incluso si eso significa tener que sacrificar parte del sigilo considerado menor y menos efectivo.
Al negarlo, la Fuerza Aérea estadounidense se mantiene sobre todo fiel a la posición que mantiene desde hace 15 años de apoyo incondicional al F35, posición que ha desempeñado un papel determinante en el éxito del avión, especialmente en Europa.
No podemos dejar de notar la importante brecha que se crea entre las fuerzas occidentales y chino-rusas, en términos de distribución entre aviones de superioridad aérea y aviones polivalentes y de ataque. Para las fuerzas rusas, los aviones de ataque (Su-24/25/34) representan sólo el 20% de la flota, mientras que los cazas de superioridad aérea (Su27/30/35) representan casi el 65% de los 1300 cazas en servicio. Las cifras son significativamente similares en China, con un 60% de superioridad en aviones (Su27-30-35, J-11-16 y J-20). Por el contrario, para la Fuerza Aérea estadounidense, sólo el 20% de los aviones (F-22 y F-15C) están dedicados a la superioridad aérea. En Europa, gracias al programa Typhoon Optimizados para la defensa aérea, los aviones de superioridad aérea representan el 40% de la flota (Typhoon, mirage2000 C/-5), el resto compuesto principalmente por aviones polivalentes (F16, F35, JAS39 y Rafale). Los aviones de ataque son, hoy en día, muy pocos (Tornado, Harriers y algunos instaladores de Su22).
Al final, las fuerzas aéreas de la OTAN tienen hoy menos aviones de superioridad aérea que la pareja chino-rusa, un factor muy sorprendente cuando sabemos hasta qué punto la superioridad aérea se considera estratégica y crítica en los planes de defensa de la OTAN.
No sería sorprendente que, en un futuro más cercano de lo que imaginamos, los proyectos de Boeing y Lockheed volvieran a ocupar un primer plano para llenar este vacío creciente.