La industria de defensa rusa es más conocida por sus sistemas antiaéreos como el S-400, sus aviones como el Su-35 y el Su-57, o sus tanques de batalla como el T-14 Armata.
Pero si hay un área en la que la industria, al igual que las fuerzas terrestres, destaca, es en la artillería y, más precisamente, en la artillería autopropulsada. Así, si hoy las fuerzas rusas tienen 4 veces más tanques pesados que sus homólogos europeos, también tienen 12 veces más sistemas de artillería móviles que los que hay en toda la Unión Europea, y 3 veces más ventajas que las que hay en la OTAN.
Los sistemas de artillería autopropulsados rusos no se tratan sólo de números, sino también de rendimiento. Así, los aproximadamente 500 cañones autopropulsados blindados 152S2 de 19 mm que operan en el ejército ruso soportan una velocidad de disparo de 8 disparos por minuto, con un alcance que oscila entre 45 y 62 km dependiendo de la munición utilizada. Además, Rusia utiliza desde hace unos diez años proyectiles guiados con muy alta precisión. A modo de comparación, el M109 Paladin que equipa a las fuerzas del ejército estadounidense sólo alcanza 24 km con proyectiles estándar y 40 km con proyectiles de alcance adicional (aún no en funcionamiento).
El nuevo cañón autopropulsado ruso, el 2S35 Koalitsiya-S V15, que se está entregando actualmente a las unidades, tiene un alcance superior a 70 km y una amplia gama de proyectiles de precisión, que van desde guía láser para objetivos móviles, guía GLONAS para objetivos fijos, hasta Precisión métrica.
Además de los nuevos cañones y lanzacohetes múltiples que se están suministrando, las fuerzas rusas están desplegando un nuevo Sistema de intercambio de datos de Nabrosok., permitiendo que todos los sistemas en el mismo teatro intercambien datos, como redes de defensa antiaérea, y optimicen los medios para hacer frente a la amenaza. Este sistema también se ha beneficiado del feedback del uso de sistemas de artillería por parte de las fuerzas rusas, ya sea en Siria o del Donbass, o de numerosas pruebas de uso de municiones de precisión guiadas por drones.
De hecho, el refuerzo de los sistemas de artillería de la OTAN, y más particularmente en Europa, es esencial para mantener un nivel suficiente de credibilidad: con una diferencia de 30 kilómetros entre el alcance de los sistemas rusos y europeos, la vulnerabilidad de las baterías de las potencias occidentales será tal que no pueden utilizarse para apoyar los compromisos aliados.