¿Qué futuro para el tanque de batalla?

En una entrevista concedida a la Asociación del Ejército de Estados Unidos, el general de brigada Ross Coffman, encargado de la modernización de los vehículos de combate, indicó que el reemplazo del tanque M1 Abrams no sería necesariamente un tanque.

Más allá de las fantasías de los cuadrípodos imperiales atacando la luna helada de Hott, es probable que los recientes avances tecnológicos modifiquen la respuesta al problema del carro de combate, es decir, combinar movilidad, potencia de fuego y protección, con vistas a lograr un efecto rápido y decisivo en maniobra militar.

Es cierto que varios enfrentamientos recientes han demostrado los límites del uso de tanques, particularmente en un entorno urbano, o contra adversarios organizados y experimentados capaces de explotar las debilidades tácticas del dispositivo. Así, durante la primera guerra chechena, los T80 rusos enviados a Grosny fueron literalmente cortados en pedazos por la infantería chechena apostada en lo alto de los edificios de la ciudad, más allá de la elevación máxima del cañón de los tanques rusos. Más recientemente, durante la primera intervención turca en Siria, varios tanques Leopard 2 fueron destruidos por los rebeldes sirios, aprovechando la ausencia de infantería y el mal entrenamiento de las tripulaciones.

Si algunos vieron en estos enfrentamientos el fin previsto del tanque pesado, otras intervenciones demostraron que, bien utilizado, el tanque seguía cumpliendo su función con eficacia. Este fue particularmente el caso de la columna emiratí en Yemen, que utilizó brillantemente sus tanques y su infantería a bordo, tanto en entornos urbanos como desérticos.

Así como las batallas de Crécy y Agincourt no sonaron la sentencia de muerte para la caballería, los reveses del tanque de batalla invitan a estrategas e industriales a adaptar el concepto a la realidad del enfrentamiento moderno.

Sin embargo, es probable que varios avances tecnológicos modifiquen la naturaleza del tanque de batalla. En primer lugar, estamos asistiendo a un cambio en los medios de protección, desde la protección pasiva proporcionada por armaduras o armaduras reactivas, a la protección activa, detectando e interceptando amenazas antes de que golpeen el vehículo blindado. De hecho, la necesidad de un blindaje pasivo, por naturaleza muy pesado, está desapareciendo ante soluciones tecnológicas más ligeras y eficaces.

En segundo lugar, al igual que los buques de guerra o los aviones de combate, el tanque deberá aumentar su capacidad de producir y almacenar energía, ya sea para alimentar los múltiples sistemas informáticos que lo componen, como para armas de energía dirigida por poderque están haciendo su aparición. A diferencia de un cañón convencional, un arma de energía dirigida está mucho menos limitada en términos de capacidad de fuego al llevar munición. Además, la explosión de la munición tras un impacto es una de las principales causas de la destrucción efectiva de los tanques. 

Finalmente, en la lógica del compromiso cooperativo y del sistema de sistemas, el tanque de batalla evoluciona hacia una unidad de control de drones y fuego cooperativo. Así, el T14 Armata integra un dron de reconocimiento guiado por cable especialmente diseñado para enfrentamientos urbanos, que permite el reconocimiento de rutas y objetivos a corta distancia. Teniendo esto en cuenta, ya nada obliga al tanque a limitarse a una sola unidad con todo su arsenal, y podemos imaginar perfectamente drones encargados del fuego antitanque, así como de la protección antipersonal, o incluso de la remoción de minas aguas arriba.

En cualquier caso, si la apariencia del tanque de batalla puede evolucionar en los próximos años, su misión y sus principales características probablemente seguirán siendo las mismas, entre ellas el poder psicológico del tanque sobre el adversario. Si la potencia de un tanque del mañana ya no se evalúa por su masa, el espesor de su blindaje y el diámetro de su cañón, la combinación de su potencia de fuego y su aparente invulnerabilidad seguirá siendo sin duda un factor determinante en las batallas. venir.

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