Según el diario ruso Izvestia, el Ministerio de Defensa ruso ha publicado un nuevo procedimiento destinado al transporte protegido de dos nuevos equipos, el sistema láser Perevest y un sistema compacto de producción de energía nuclear, presentado como el corazón del misil de crucero Burevesnik. a muy larga distancia. Sin embargo, según el diario, la promulgación de estos procedimientos significa que ambos equipos han sido desplegados en unidades de las fuerzas rusas.
Si el anuncio sobre el sistema Laser Perevest era relativamente esperado, ya que las informaciones disponibles al respecto son fragmentarias, pero el dominio de la tecnología por parte de la industria rusa está fuera de toda duda, la entrada en servicio del Burevestnik es mucho más sorprendente.
Recordemos que el misil de crucero Burevesnik utilizaría una minicentral nuclear para asegurar su propulsión ionizando los gases y calentándolos de tal forma que provocara una expansión muy fuerte generando empuje. El uso de esta tecnología permitiría diseñar misiles de crucero capaces de dar varias vueltas alrededor del planeta antes de agotar su combustible nuclear, y de alcanzar velocidades de crucero muy elevadas, entre altas supersónicas e hipersónicas (mach 4 a mach 6). Por otra parte, el misil dejaría una estela radiactiva muy visible a su paso, e incluso en ausencia de una carga nuclear, la contaminación ligada a la destrucción del dispositivo de propulsión durante el impacto lo convertiría sin duda en un arma radiológica, si no nuclear.
De hecho, esto colocaría al Burevestnik en completa contradicción con los tratados sobre la no proliferación de armas nucleares de corto y mediano alcance, ya socavados por las versiones mejoradas de la familia Iskander.
De hecho, de confirmarse la información no cabe duda de que daría lugar a una nueva crisis con Rusia. Sin embargo, las autoridades rusas no pueden esperar razonablemente poner en servicio dichos equipos de manera confidencial, por lo que la crisis que seguramente se producirá fue anticipada y aceptada por el Kremlin, lo que no augura nada bueno para las relaciones entre Rusia y sus países europeos. vecinos.
Esta información llega también en un momento en el que, por primera vez desde 2002, en una encuesta oficial, las opiniones desfavorables al presidente Putin superan a las opiniones favorables, y hace temer la tentación de avanzar hacia una crisis con Occidente para removilizar el nacionalismo ruso.
En cualquier caso, la entrada en servicio del misil Burevestnik, si se comprobara, sería una muy mala señal enviada por Rusia a los europeos y a los americanos, y ciertamente una muy mala noticia para las posibilidades de paz en Europa.