¿Se está democratizando el mercado de aviones de combate de alta tecnología? En efecto, más allá de los actores tradicionales de este mercado, Estados Unidos, Rusia, Europa y, recientemente, China, ahora se están posicionando nuevos actores con ambiciones muy marcadas, como Turquía y Corea del Sur.
Entre estos forasteros, es el Japón, que parece haber tomado la mayor ventaja, superando hoy incluso a Europa en la madurez de su proyecto. El proyecto japonés X3, destinado a sustituir a los cazas japoneses F2, versiones locales del F16, se ha beneficiado de un importante presupuesto de I+D de 1,7 millones de dólares desde 2009.
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Pero el enfoque japonés difiere significativamente del de los europeos. Por un lado, el proyecto está mucho más abierto a la asistencia y la cooperación aliadas, como lo demuestran el acuerdo de cooperación con Gran Bretaña, que también participa en el programa Tempest, y las convocatorias de proyectos para la industria estadounidense. Por otro lado, los japoneses favorecen las inversiones tecnológicas de resultado rápido. Éste es el caso, por ejemplo, de turbohélice XF-9, un motor que alcanza las 15 toneladas de empuje, presentado como equivalente a los mejores motores americanos del momento.
Sin embargo, aunque muchos países intentan posicionarse como integradores de tecnología, muy pocos dominan la tecnología de los motores de aviones de combate. Las dificultades encontradas por China, e incluso Rusia, a la hora de desarrollar motores de caza de quinta generación así lo atestiguan.
Los avances japoneses en este ámbito son particularmente indicativos del deseo de Tokio de completar su proyecto, a pesar del pedido de alrededor de cien F35 A y B adicionales anunciado la semana pasada. Este deseo se enmarca en un esfuerzo global del país para reforzar sus capacidades defensivas, y su peso regional, ante una China que no escatima esfuerzos para imponerse en el teatro asiático, con 6 años de aumento ininterrumpido del presupuesto de Defensa. , poniendo al país en contacto con el Reino Unido y Francia en términos presupuestarios.
