La Fuerza Aérea Rusa recibió 48 nuevos cazas en 2018

Como suele ocurrir a principios de año, es hora de hacer balance, y los resultados de la industria aeronáutica de defensa rusa son halagadores. A lo largo del año, las fuerzas rusas habrán recibido 14 cazas polivalentes Su-30SM, 14 cazas de ataque Su-34, 10 cazas polivalentes de superioridad aérea Su-35S y 10 cazas ligeros de ataque y entrenamiento Yak. A estos 48 nuevos dispositivos, añade la modernización de ocho cazas de superioridad aérea Su-8 SM27, y un número indeterminado de interceptores Mig-3BM y Mig31K, este último modificado para llevar el misil hipersónico Kinjhal.

En cuanto a la flota de bombarderos estratégicos, este año se inició la modernización de entre 35 y 60 bombarderos supersónicos de largo alcance Tu-22M3M Backfire, la construcción de 10 nuevos bombarderos estratégicos Tu-160 Blackjack según el estándar M2 y la progresiva adaptación de la flota existente a la Estándar M.

Con el resultado de esta fase de modernización, que finalizará en 2020 con el programa decenal de inversiones (o GPV en ruso) 2011-2020, las fuerzas aéreas y navales rusas tendrán una tasa de equipamiento moderno del 80%. Una tasa notable para un país cuyo PIB se mantiene al nivel del de Italia y que no ha sacrificado números por su modernización. Así, en 2020, la Fuerza Aérea Rusa dispondrá de 1200 cazas e interceptores, de los cuales más de 900 se considerarán modernos o modernizados. Se trata de casi el doble de aviones que las fuerzas aéreas británica, francesa, alemana, italiana y española juntas, países que en conjunto tienen un PIB siete veces superior al de Rusia y que, además, no cuentan con una flota de bombarderos estratégicos.

Las cifras son, por tanto, significativamente comparables cuando estudiamos la adquisición y modernización de vehículos blindados, sistemas de artillería, sistemas de defensa antiaérea o helicópteros. Sólo la Armada está más equilibrada, ya que los astilleros rusos luchan por producir buques con un tonelaje superior a las 2000 toneladas. 

De todos modos, Rusia no muestra signos de debilidad en su determinación de modernizar y fortalecer sus herramientas de defensa. A medida que la brecha sigue ampliándose entre el poder militar ruso y europeo, aumentará la dependencia de la protección estadounidense, aunque Estados Unidos tendrá que, por su parte, concentrar una parte cada vez mayor de sus recursos para contener el poder militar chino. Una dicotomía a tener en cuenta, en estos tiempos de malestar social…

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