Mientras Estados Unidos exige la destrucción unilateral e inmediata de todos los misiles de crucero rusos 9M729, que consideran que no respetan las restricciones del tratado sobre armas estratégicas de alcance intermedio, las autoridades rusas, a través del ministro adjunto de Asuntos Exteriores, Sergi Ryabkov, consideran que El ultimátum planteado por Washington es inaceptable..
Rusia sostiene que el 9M729 respeta las cláusulas del tratado, en particular en términos de alcance máximo, e invita a representantes de la OTAN, la Unión Europea, los BRICS y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva a asistir a una demostración del equipo que, según él, demostrará su eficacia. rendimiento exacto.
Sin embargo, es muy poco probable que esta propuesta sea acogida favorablemente por las autoridades estadounidenses. Por un lado, al invitar a estas organizaciones, Rusia las convierte en un sujeto internacional, mientras que el tratado INF sólo concierne a Estados Unidos y Rusia. Entonces, y sobre todo, porque salir de este tratado es sin duda un objetivo importante para Washington. De hecho, si este tratado exige que Rusia y Estados Unidos no desarrollen armas estratégicas de alcance intermedio, no es el caso de China, ni siquiera de otros países, como India, Pakistán, Irán o Corea del Norte.
Y no se detienen. China ha desarrollado así toda una gama de misiles balísticos de alcance intermedio, capaces de alcanzar Japón, Corea del Sur o la isla de Guam. La APL, como tal, ha publicado un videoque muestra el lanzamiento de un misil DF-26, que alcanza un alcance de 4000 km y pone la isla de Guam dentro del alcance.
De hecho, Estados Unidos quiere poder desarrollar sistemas comparables, que puedan desplegarse contra China, para responder, si es necesario, a un ataque. Mais le traité INF ne porte pas sur le déploiement d'équipements de ce type, mais sur leur possession, et cela créé un déséquilibre que les forces américaines ne peuvent plus admettre face à une Chine de plus en plus puissante militairement, et sûre d' ella.
Las autoridades rusas son evidentemente conscientes de ello, y esta invitación dirigida a la mayoría de las organizaciones internacionales de defensa, a excepción de la OSCE y las Naciones Unidas, pretende precisamente obligar a los Estados Unidos a revelar sus verdaderos objetivos.
Por lo tanto, ya no se trata de una negociación, sino de un espectáculo diplomático en el que participarán las representaciones estadounidense y rusa, y el tratado INF, negociado para poner fin a la crisis de los euromisiles a mediados de los años 80, probablemente esté viviendo sus últimos momentos.
De todos modos, las tensiones que rodean este tratado son indicativas de la creciente desconfianza entre las principales naciones militares y de la lógica de confrontación que está en marcha.