La retirada de Estados Unidos y Rusia del tratado INF sobre la prohibición del desarrollo y posesión de misiles con capacidad nuclear con un alcance de entre 500 y 5000 km, ha despertado dolorosas preocupaciones en Europa. Tan pronto como se publicó el anuncio de la retirada, Rusia comenzó a trabajar para adaptar su actual arsenal a esta nueva situación. En rápida sucesión, anunció la extensión del alcance de los misiles Novator, el desarrollo de una versión terrestre del misil de crucero naval Kalibr y el diseño de una variante terrestre del misil balístico hipersónico Kinjal.
Para Estados Unidos, el principal objetivo de esta retirada era poder utilizar armas balísticas chinas, como el DF21 o el DF26, muy utilizado por el EPL.
Los europeos, por su parte, se ven en gran medida perjudicados por esta decisión, aunque no hayan participado en ella. Por lo tanto, si los europeos apoyaron unánimemente la decisión estadounidense, también rápidamente abrió oportunidades de negociacióncon Moscú, en un diálogo que será, por tanto, bilateral.
Así, Europa podría proponer a Moscú la implementación de un estatus europeo preservado, es decir, la prohibición de desplegar misiles de alcance intermedio en todo su territorio, a cambio de un compromiso ruso de no desplegar estos sistemas de armas en su zona oriental definida por los Urales. . Sin garantías efectivas contra estas armas, esto permitiría sobre todo iniciar un diálogo directo entre Europa y Rusia para sacar a Europa de su estatus de posible zona de confrontación.