Según Andrea Thompson, subsecretaria de Estado de Control de Armas de EE. UU., sin negociaciónse ha iniciado con China con respecto a una posible integración en el Tratado INF. Según ella, el único interlocutor a día de hoy sigue siendo Rusia, sabiendo que tiene 6 meses para cumplir con los requisitos de Estados Unidos antes del retiro definitivo del tratado.
La posibilidad de una negociación con China había sido planteada por el propio presidente Trump durante sus comentarios sobre la decisión estadounidense de suspender su participación en el tratado.
Sin embargo, sería muy sorprendente que China, que ha invertido mucho en armas balísticas de alcance intermedio como el DF21 y el DF26, alguna vez quisiera participar en tales negociaciones. De hecho, estos sistemas, con un alcance de entre 2500 y 4500 kilómetros, están perfectamente integrados en la estrategia defensiva china, en particular en caso de una posible confrontación con los Estados Unidos y sus aliados.
Las autoridades chinas presentan los misiles DF21D y DF26 como capaces de apuntar a un portaaviones en el mar. Las recientes declaraciones parecen apoyar esta hipótesis, aunque los misiles no disponen de un sistema de guiado autónomo.
También es poco probable que Rusia cumpla con las demandas de Estados Unidos, ya que el presidente Putin ha ordenado el desarrollo, lo antes posible, de sistemas de armas con mayor alcance, como las versiones terrestres de los misiles Kalibr y Kinjal.