Hasta ahora, las fuerzas armadas iraníes habían desplegado dos baterías S-300 en la capital, Teherán, y una batería en Bushehr para proteger la central nuclear. La batería S-300 cerca de la central nuclear fue la primera que se instaló para protegerla contra un ataque israelí. Su instalación fue ampliamente publicitada por el gobierno iraní con fines disuasivos.
Pero desde abril de 2019, la batería ya no es visible en su emplazamiento cerca de Bushehr y se ha instalado una tercera batería en el sur de Teherán, en un emplazamiento anteriormente ocupado por una batería SA-2.
La defensa antiaérea de Teherán se ve así reforzada en sus flancos este y sur por las tres baterías S-300. La defensa antiaérea de la capital se complementa además con cuatro baterías de misiles HAWK, una SA-2 y una SA-5.