El Eurodrone es uno de los programas clave que marcan el deseo de los europeos de alcanzar una cierta autonomía tecnológica y estratégica frente a los Estados Unidos. Mientras aumenta el tono entre Washington y Bruselas sobre el tema PESCO, los fabricantes responsables del programa liderado por Airbus DS presentaron su estimación de los costes del proyecto a los 4 estados participantes, Alemania, Italia, Francia y España. .
Evidentemente, el precio propuesto no fue del agrado de los clientes, ya que los fabricantes están llamados a revisar sus estimaciones. En efecto, además del coste directo para las finanzas públicas de los 4 clientes, los gobiernos estiman que a este precio, las posibilidades de contratación en el mercado internacional son muy limitadas, frente a la competencia estadounidense, israelí y, sobre todo, china. que cada día es más importante en el ámbito de los drones MALE en el panorama internacional.
Esto es tanto más delicado cuanto que el italiano Leonardo acaba de presentar, durante el Salón Aeronáutico de París, su nuevo dron MACHO Falco Xplorer, con unas prestaciones interesantes aunque inferiores a las del American Reaper, y construido sin ningún componente sujeto a la normativa americana ITAR, y cuyo precio se considera muy competitivo.
El hecho es que, como hemos mencionado repetidamente aquí, el concepto de precio bruto es un concepto extremadamente ineficaz desde el punto de vista de las finanzas públicas. En efecto, los equipamientos diseñados y estudiados por la industria local, que además se preocupa por garantizar una autonomía estratégica total, generan un rendimiento presupuestario superior a la inversión del Estado, sin tener en cuenta las posibles exportaciones. Por lo tanto, y más allá de la muy legítima búsqueda del equipo adecuado al precio adecuado, la comparación de precios simples entre equipos que no tienen el mismo impacto industrial, no tiene sentido desde el punto de vista de las finanzas públicas, incluso si, temporalmente, esto ha cierto impacto desde el punto de vista del gasto ministerial.
En el caso del Eurodrone, el diseño elegido, en particular la estructura bimotor, proporciona un gran interés en materia de seguridad de los vuelos, especialmente en entornos sin pistas de aterrizaje de emergencia, como los espacios desérticos africanos o los sobrevuelos marítimos. Además, permite a los drones cumplir con la normativa internacional en materia de sobrevuelo de zonas urbanas y de integración en el tráfico civil, sin tener que pasar por un principio de derogación nacional.
En cualquier caso, hablar de abandonar el programa por motivos de costes brutos, como hizo el Ministro de las Fuerzas Armadas, parece muy prematuro. Ahora es esencial cambiar los paradigmas económicos que rigen la decisión de Defensa, si Francia y Europa quieren realmente alcanzar una autonomía tecnológica y, por tanto, estratégica.