Incluso antes de que finalizara el ultimátum de Estados Unidos, el presidente Vladimir Putin promulgó la ley que confirmaba la retirada de la Federación Rusa del tratado INF para el Tratado Nuclear de Alcance Intermedio, que prohibía tanto a Estados Unidos como a la Unión Soviética y luego a Rusia. , para desarrollar o desplegar armas estratégicas con un alcance de 500 a 5000 km. La ley fue aprobada el 18 de junio en la Duma (cámara baja) y el 26 de junio en el Consejo Federal (cámara alta), por lo que fue aprobada promulgada hoy como ley por el presidente Putin.
Las posibilidades de que Rusia y Estados Unidos dieran un paso atrás en esta cuestión eran prácticamente inexistentes. Los dos países también anunciaron, tan pronto como se tomó la decisión de suspender el tratado, que desarrollarían sistemas de armas cubiertos por el tratado. Además, ninguno de los actores tenía ningún interés en mantener este tratado, que era muy restrictivo en el escenario internacional. De hecho, el Tratado INF, firmado al final de la crisis de los euromisiles en el apogeo de la Guerra Fría, sólo comprometió a los dos países, incluso si los europeos, y en particular Francia, también lo respetaron. No fue el caso de otros países, como China, India, Pakistán, Corea del Norte e Irán, por nombrar sólo los principales. Para los Estados Unidos se trataba, por tanto, de poder restablecer el equilibrio, en particular frente a China, mediante el despliegue de sistemas de alcance intermedio desde sus bases en el Pacífico, en particular en la isla de Guam. Para Rusia, esta es una oportunidad de ampliar aún más el gradiente de poder frente a la OTAN y a los europeos, que no disponen de este tipo de sistemas, cuyo diseño llevaría, si fuera necesario, varios años, o incluso una década, mientras que ella misma nunca perdió competencia gracias a los sistemas Iskander.
Los únicos perdedores reales en este asunto siguen siendo los europeos. No sólo no tienen voz y voto en el asunto, sino que al depender, como siempre, de la protección estadounidense, ahora se ven obligados a acentuar esta dependencia en un intento de reequilibrar el equilibrio de poder con Rusia. Por otra parte, sólo Francia, dentro de la Unión Europea, está hoy legitimada, desde el punto de vista del Derecho internacional, para desarrollar sistemas de alcance intermedio, y por el momento no se ha hecho ninguna declaración al respecto. Tal vez sería hora de admitir que los 2000 aviones de combate europeos no serán suficientes por mucho tiempo para disuadir al vecino oriental, que tiene ventaja en todos los demás ámbitos...