El programa SCAF causó una fuerte impresión este año en el Salón Aeronáutico de París, presentando el modelo del futuro avión de combate perteneciente al sistema y presentando al público los "Remote Carriers", drones ligeros que amplían los medios de detección y acción. de la aeronave. De hecho, parece que la idea lleva varios años en las mesas de dibujo de las oficinas de diseño británicas.
De hecho, la Royal Air Force acaba de confiar a la agencia Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa el estudio y diseño del prototipo del programa LANCA, para Lightweigth Affordable Novel Combat Aircraft, que no es otra cosa que un Remote Carrier destinado a equipar al F35 y Typhoon de la Fuerza Aérea de Su Majestad.
El prototipo, llamado “Mosquito”, deberá sintetizar las tecnologías actualmente existentes, para una integración rápida y económica, según un paradigma que parece guiar todo el programa Tempest. Así, gran parte de las tecnologías que se utilizarán procederán de tecnologías desarrolladas por el programa franco-británico FCAS, rebautizado como FCAS TI por Future Combat Air System Technology Initiative, revelando, una vez más, la metodología británica basada en ladrillos tecnológicos.
Es interesante, a este respecto, señalar que la Royal Air Force mantiene sus objetivos de disponer de un UCAV para 2030, de acuerdo con los objetivos del programa FCAS, donde Francia parece, junto con Alemania, contentarse con un objetivo para 2040 con el SCAF.
Una cosa es segura: tanto si están solos como si logran unirse en torno al proyecto Tempest, los británicos no dan señales de inquietud en la gestión ni en las negociaciones en torno a este programa.