Al igual que la Fuerza Aérea y la Marina de los EE. UU., el Ejército de los EE. UU. ha invertido masivamente en sistemas de defensa antiaéreos y antimisiles de corto alcance que utilizan armas láser. Despuésy Stryker MEHEL, ya desplegado en Europa, pero que sólo dispone de una potencia láser de 10 KW que limita su uso a la lucha contra los drones ligeros, el ejército estadounidense acaba de adjudicar a Northrop Grumman y Raytheon un contrato por 203 millones de dólares y hasta 490 millones de dólares, para la construcción de 4 prototipos láser SHORAD con una potencia de 50 KW montados en un vehículo blindado Stryker, destinados a completar Sistemas IM-SHORAD actualmente en fabricación, para proteger las unidades tácticas contra drones, misiles, proyectiles, cohetes y helicópteros que amenacen a las fuerzas. El nuevo prototipo deberá presentarse en 2022 para comenzar las pruebas.
Paralelamente, el Ejército estadounidense está desarrollando, con la empresa Dynetics y Lockheed Martin, el programa Demostrador de Vehículos Tácticos Láser de Alta Energía, con el objetivo de disponer de un sistema con una potencia de 100 KW en el corto plazo. El acercamiento con programas similares de la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos permitirá, según la Oficina de Capacidades Rápidas y Tecnologías Críticas (RCCTO) encargada de estos desarrollos, tener prototipos con una potencia de 2024 a 250 KW en 300. capaz de garantizar una protección eficaz contra todos los ataques dirigidos a un sitio.
Cuanto más potente es un láser, más capaz es de entregar energía calórica capaz de crear suficiente daño en un objetivo para neutralizarlo en poco tiempo. Si un láser de 10 Kw requiere de 6 a 8 segundos para neutralizar un dron comercial, un láser de 100 Kw reduciría este tiempo a menos de un segundo. La Marina estadounidense ha estimado a este respecto que una protección antimisiles eficaz requeriría un láser con una potencia de 500 a 1000 Kw, para poder hacer frente a los misiles antibuque modernos. En el caso de los misiles y cohetes que amenazan a las fuerzas terrestres, un láser de 300 KW parece adecuado para proteger lugares sensibles amenazados por misiles de crucero o balísticos, mientras que un láser de 100/150 Kw parece suficiente para acompañar a las fuerzas combatientes, que se enfrentan a drones, proyectiles, Cohetes y misiles tácticos más ligeros.
De todos modos, Estados Unidos parece claramente decidido a integrar armas láser lo más rápido posible en su arsenal defensivo y se ha dotado de los medios para lograr sus ambiciones.