Durante el Africa Aerospace & Defense 2018 Show, la empresa china China Shipbuilding and Offshore International Company, o CSOC, presentó el modelo de un nuevo pequeño dron de combate naval con una capacidad de combate comparable a la de un "mini Arleigh Burke", llamado así por la clase de destructores que forman la columna vertebral de la Armada estadounidense, y universalmente reconocido como un excelente barco polivalente, capaz de responder a todos los escenarios, e incluso para resistir una pandemia viral global.
Y es que el JARI, de sólo 15 metros de largo y 20 toneladas de peso, tiene unas capacidades anunciadas bastante destacables. Así, el dron puede alcanzar los 42 nudos gracias a la propulsión por chorro de pulso y tiene un alcance de 500 millas. Sobre todo, lleva un conjunto de armas y detectores realmente notable, con un cañón antiaéreo y antisuperficie de 30 mm, 2x4 silos verticales para misiles antiaéreos o antibuque de corto alcance, 2 torpedos antiaéreos. Submarinos ligeros, todos controlados por un radar AESA de 4 placas y un sonar de casco. Además, la pequeña nave contaría con una estructura modular que permitiría modificar el armamento a bordo en función de las misiones que se le asignaran. De hecho, JARI sería capaz de llevar a cabo una amplia gama de misiones, desde la guerra antisubmarina hasta el reconocimiento armado y la eliminación de drones, aviones y barcos de la zona de protección. El dron podría, según sus diseñadores, evolucionar bajo el control de un operador, así como de forma autónoma, con Inteligencia Artificial a bordo. También puede actuar de forma coordinada en un enjambre de drones, un enfoque poco común en el mundo de los drones navales actual.
El JARI ha superado el escenario de la marqueta, ya que el primer ejemplar fue lanzado al mar el 21 de agosto, según informa el sitio web estatal Global Times. Y sus diseñadores tienen tanta confianza en su desempeño que dicen que el dron ya está operativo. De hecho, decirlo no cuesta nada... Si el CSOC afirma haber establecido ya contactos prometedores con varias armadas, no hay ninguna referencia a una posible entrada en servicio del dron dentro de las fuerzas navales chinas.
Sin embargo, JARI puede representar una alternativa muy interesante para muchos países, que luchan por tener una capacidad naval coherente. Aunque, por su tamaño y autonomía, está limitado a operaciones costeras, puede proporcionar importantes medios de detección y enfrentamiento, a un costo de propiedad modesto en comparación con una fragata o una corbeta. También puede representar una inversión preferida para países con pocos recursos, pero con una gran área marítima que proteger, particularmente contra adversarios que pueden utilizar barcos pesados o submarinos. Cabe señalar, a este respecto, que si el JARI puede representar una amenaza para un submarino, este último tendrá grandes dificultades para enfrentarse a un buque tan ligero y compacto. Porque si hoy en día los submarinos llevan torpedos y misiles antibuque muy eficaces contra unidades de superficie, estas municiones son muy inadecuadas para atacar drones navales compactos.
Una cosa es segura: JARI abre una nueva área en términos de enfrentamientos costeros y, por el momento, los submarinos, helicópteros, aviones y buques de superficie tradicionales no están equipados para afrontarlo. Más allá del diseño de drones de combate navales ligeros, como el JARI, será necesario emprender rápidamente el diseño de municiones capaces de atacar y destruir estos barcos.
Lo cierto es que, para un país como Francia, que tiene una inmensa ZEE que proteger, el concepto JARI probablemente representaría una solución interesante para fortalecer las capacidades defensivas de los territorios de ultramar, además de el imprescindible aumento del número de corbetas y fragatas ligeras dedicadas a esta misión.