Según el sitio web Hurriet Daily News, las fuerzas armadas turcas están a punto de poner en servicio un nuevo tipo de dron armado. Pero no es un dron MASCULINO ni un dron táctico equipado con misiles o bombas guiadas, sino Cuadricóptero SONGAR con ametralladora ligera 5,56 mm y posiblemente un lanzagranadas de 40 mm, lo que la convierte en un arma destinada a ser utilizada contra personal, no contra infraestructura o vehículos.
Presentado por el fabricante turco Asisguard con motivo de la exposición IDEX 2019, el SONGAR está diseñado para enfrentarse a las fuerzas de infantería, en particular para eliminar los puntos de apoyo de fuego enemigos durante las fases críticas del despliegue, como por ejemplo al desembarcar un vehículo blindado. El dron puede operarse a una distancia de hasta 10 km de su estación de control y alcanzar una altitud de 2800 m. Lleva, además del armamento mencionado, 200 cartuchos de 5,56 mm para alimentar la ametralladora, un telémetro láser y un sistema optrónico de control y puntería. Su autonomía alcanzaría los 20 minutos con carga completa. El SONGAR permanece controlado por una estación de mando, pero tiene una cierta autonomía de evolución que permite que una sola estación controle y dirija hasta 3 drones.
Es la primera vez que un ejército “occidental” anuncia la entrada en servicio de un dron con vocación exclusiva antipersonal. Además, no es que el Songar sea único en su tipo. Los fabricantes europeos, y en particular los franceses, ofrecen desde hace varios años drones ligeros modificados para transportar todo tipo de armas, desde pistolas de 9 mm hasta lanzacohetes antitanque RPG-14, pasando por ametralladoras ligeras (6,56 mm), medianas (7,62 mm). mm) y pesadas (12,7 mm), varios tipos de granadas y cohetes, así como cargas explosivas que pueden lanzarse o detonarse. Pero el tema es ignorado por los ejércitos y las principales industrias de defensa europeas y estadounidenses, por temor a un frenesí mediático en torno a los famosos "robots asesinos". Pero básicamente estos drones armados sólo proporcionan más movilidad a los sistemas automáticos que existen desde los años 60, como las ametralladoras automáticas que protegían la tierra de nadie en el lado soviético que separaba Berlín Oriental y Occidental.
De hecho, hasta hoy, son las Bases Industriales y Tecnológicas secundarias las que se han posicionado sobre estas tecnologías, sabiendo además que el principal mercado de estos drones armados ligeros está formado por países en desarrollo o gobiernos notoriamente autoritarios (razones por qué el campo goza de una reputación a veces sulfurosa).
Pero ahora se están posicionando nuevos actores que aportan recursos financieros, tecnológicos y de marketing mucho mayores. Además de Turquía y su SONGAR, Ucrania, Rusia, India y especialmente China han emprendido este tipo de desarrollos durante varios años. Incluso elEl ejército estadounidense parece haber dado el paso. Y los drones ligeros armados producidos por estas industrias tienen un potencial operativo muy superior a los existentes hasta ahora, ya sea mediante el uso de materiales y baterías mucho más eficientes, integración de inteligencia artificial integrada, medios optrónicos y de puntería mucho más precisos, y capacidades masivas de cooperación entre drones para desarrollar “enjambres de drones armados”, potencialmente imposibles de detener hoy.
El hecho es que será más que difícil para un gran industrial, ya sea francés o europeo, invertir en esta área de forma independiente, incluso confiando en los activos existentes de uno o más actores “artesanales”. Los riesgos de que una ONG o una organización de prensa aprovechen el tema por su dimensión simbólica son, de hecho, muy importantes. Sin embargo, la contribución táctica de este equipo es muy importante, ya sea para realizar fuego de supresión durante los movimientos tácticos, buscar y enfrentar francotiradores, intensificar el fuego o enfrentarse a un adversario aislado, por citar sólo los ejemplos más triviales. Es difícil, en estas condiciones, dejar al adversario, sus aliados y clientes potenciales, con una ventaja táctica también decisivo en torno a cuestiones más fantasiosas que razonadas. De hecho, resulta tan imprescindible como urgente que organismos públicos, como la DGA, la AID o la PESCO a nivel europeo, aborden rápidamente el tema para no reproducir la misma situación que persiste hoy a nivel de drones MALE y HALE en Europa.