Hace unas semanas, Tokio anunció que no aceptaría ofertas de coproducción europeas para su programa de cazadores de nueva generación, a saber, el discreto francés y especialmente la oferta británica llevada por BAe. Por el contrario, las ofertas estadounidenses de asistencia de Lockheed-Martin, por un lado, y Boeing, por el otro, permanecieron sobre la mesa. Hoy, parece que las esperanzas estadounidenses se frustran, ya que las autoridades japonesas han anunciado que el programa F-3 se desarrollaría en una arquitectura puramente nacional.
Concretamente, el fuselaje y los controles de vuelo de la aeronave destinada a reemplazar a los cazas ligeros F-2 de las autodefensas japonesas se desarrollarán íntegramente in situ. Por otro lado, otros elementos constitutivos de la aeronave, como los motores, el radar o el sistema de combate, aún pueden dar lugar a asociaciones con empresas internacionales. Tokio precisa que esta decisión se basó sobre todo en los buenos resultados registrados por el demostrador X-2, que realizó su primer vuelo en 2016. Desarrollado por Mitsubishi desde mediados de la década de 2000, el X-2 es el demostrador del programa ATD-X, para Demonstrator-X de tecnología avanzada, implementado por el Instituto para el Desarrollo de Tecnologías Avanzadas del Ministerio de Defensa de Japón.
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