Si bien las tensiones internas en torno a la conducción de las elecciones presidenciales están aumentando en Minsk con el arresto del líder de campaña de la oponente Svetlana Tikhanovskaya, las relaciones con el vecino ruso también están en su peor momento. Hace unos días, tras la detención de una treintena de hombres rusos presentados como paramilitares pertenecientes a la empresa militar privada rusa Wagner y sospechosos por Minsk de haber ingresado al país para generar malestar durante las elecciones presidenciales, El presidente Alexander Lukashenko ordenó el despliegue de casi 3000 hombres en la frontera rusa, para evitar un "escenario ucraniano", a saber, una intervención repentina de las fuerzas rusas para tomar los centros de poder, como hicieron las fuerzas especiales de Moscú en Crimea en 2014.
Pero el Kremlin obviamente no saboreó las inclinaciones bielorrusas y ordenó el despliegue de una fuerza mecanizada de 3000 hombres en la misma frontera, teniendo cuidado de precisar que en este despliegue participaron tanques pesados. Concretamente, las autoridades rusas han movilizado por tanto a 3000 hombres y 800 vehículos pertenecientes a la fuerza combinada de la Guardia del Distrito Militar Occidental, lo que significa que esta fuerza cuenta con todos los elementos necesarios para realizar una operación militar.
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