El desarrollo de la industria de defensa turca ha sido uno de los objetivos estratégicos del presidente RT Erdogan desde que llegó al poder en 2003. Como tal, ha otorgado ventajas fiscales muy importantes a los inversores que se embarcan en este camino, y a menudo ha movilizado importantes fondos públicos para establecer la infraestructura industrial necesaria. Obviamente, tales inversiones requerían resultados a la altura. Y en los últimos años, la industria turca se ha vuelto cada vez más visible en las ferias internacionales de defensa, hasta el punto de empezar a ser considerada muy seriamente como un competidor potencial por los actores de este sector.
Entre los programas insignia de esta industria se encuentra el programa naval MILGEM destinado a reemplazar las unidades de superficie combatientes, corbetas, fragatas y destructores de la Armada turca, pero también programas de helicópteros como el T-129 Attak, los drones de combate como el Bayraktar TB2, así como el tanque de batalla principal Altay. Todos estos equipos se han presentado como fruto de la ingeniería turca, tanto a nivel nacional como internacional.
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