Es costumbre que los submarinistas digan que solo hay dos tipos de barcos, submarinos y objetivos. Es cierto que, por su natural discreción, y sus cada vez más eficientes sensores y armas a bordo, los submarinos de ataque, ya sean de propulsión nuclear o convencional, representan hoy una de las principales amenazas para el ser humano. unidades de área, como en el caso del tráfico marítimo comercial, si fuera necesario. Pero a pesar de su arsenal tecnológico a bordo, los sumergibles todavía tienen dificultades para detectar e identificar especialmente los buques de superficie que están relativamente cerca, pero fuera del alcance de la detección visual o electromagnética.
Porque si el sonar puede potencialmente detectar barcos a varios cientos de kilómetros de distancia, esta detección no es lineal, sino semicircular, dejando áreas entre cada zona de detección en las que el submarino está ciego. Este fenómeno, llamado zona de convergencia, es uno de los aspectos más complejos y restrictivos de la guerra submarina. Pero la Marina de los EE. UU. Parece ya no estar satisfecha con el status quo tecnológico que se remonta a la aparición del sonar pasivo. De hecho, la oficina de programas de submarinos del Comando de Sistemas Navales acaba de anunciar que se ha acercado a los industriales de Defensa con miras a desarrollar un sistema de drones aéreos lanzados desde submarinos, o SLUAS (Sistema aéreo no tripulado lanzado desde un submarino).
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