El principio del dron aliado, un dispositivo autónomo pero controlado por un avión de combate pilotado con el que actuaría en concierto, parece haberse impuesto en la mayoría de las principales naciones aeronáuticas en pocos años. En los Estados Unidos, este es el programa Skyborg, y en particular el Dron XQ-48 Valkyrie. En Europa, este es el programa "Operador remoto", perteneciente al programa FCAS que agrupa a Alemania, España y Francia. En Australia, este es el programa "Loyal Wingman", diseñado en cooperación con Boeing. Incluso Rusia, a pesar de la Programa Okhotnik-B, anunció el desarrollo de un programa propio de este tipo. En todos los casos, es un dron rápido, capaz de acompañar aviones de combate, portar efectores de detección o armamento, y lo suficientemente barato como para que su destrucción sea "sostenible" en un conflicto a largo plazo.
Gran Bretaña no se quedará al margen en esta carrera tecnológica. De hecho, además el programa Tempest que tomó mucho espesor En los últimos meses, el jefe de personal de la Royal Air Force, el mariscal en jefe del aire, Sir Mike Wigston, ha anunciado que acaba de adjudicarse un contrato de £ 30 millones a la empresa norirlandesa Spirit Aerosystem para diseñar un demostrador tipo "Loyal Wingman" designado Mosquito en los próximos 3 años, como parte del Programa LANCA para aviones de combate novedosos, ligeros y asequibles. El objetivo de la Royal Air Force es tener a finales de la década el dron Mosquito para acompañar a su F35 y su Typhoon en territorio disputado. Como siempre ocurre ahora en todo el Canal, el programa va acompañado de un compromiso social, en este caso la creación y preservación de 100 puestos de trabajo directos en Irlanda del Norte.
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