Compromisos recientes, como en Nagorno-Karabaj en 2020, en Siria o Yemen, han mostrado la ubicuidad de los drones en el campo de batalla, así como la dificultad que encuentran los sistemas antiaéreos para eliminarlos. Sin embargo, ya sea que se utilicen para dirigir ataques de artillería, para lanzar municiones ligeras aire-tierra o en forma de munición itinerante, los drones ligeros también han demostrado ser extremadamente eficaces, hasta el punto de convertirse en la principal amenaza identificada por los combatientes en estos teatros de operaciones.
Desde entonces la carrera por encontrar un remedio eficaz contra esta amenaza se lanza, y muchos ejércitos, así como muchos industriales, están tratando de encontrar una solución. En Rusia, el camino elegido es el de Misil tierra-aire ligero, especialmente diseñado para eliminar este tipo de objetivo, basándose en los extraordinarios conocimientos técnicos de los ingenieros rusos en el campo. En Francia, es la pistola RapidFire de 40 mm que fue elegido para proteger a los buques de la Armada francesa contra estas amenazas, en particular gracias a su mayor alcance y alta precisión. Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos apuesta por las armas láser para eliminar esos drones ligeros. Y casi todos los países están desarrollando soluciones de interferencia y guerra electrónica para hacerlas ineficaces.
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