En los últimos meses, no ha pasado una semana sin que llegue nueva información cuestionar la voluntad de perseverancia de Alemania en la ambiciosa cooperación en términos de programas de defensa lanzada hace 4 años por el presidente Macron y la canciller Merkel, en el altar de las tensiones entre Estados Unidos y los europeos, en particular Alemania, consecuencias de la intransigencia del presidente Trump en temas de Reparto del Esfuerzo de Defensa. Si estos dos últimos años, las demandas de Berlín aún pudieran parecer ligadas a una concepción diferente del esfuerzo de defensa, la salida atronadora de la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, Impulsando las esperanzas francesas de una autonomía estratégica europea el mismo día de las elecciones estadounidenses, y la secuencia demandas cada vez más excesivas por parte de Berlín ya que en lo que respecta al intercambio industrial de programas o propiedad intelectual, dejan pocas dudas en cuanto a El deseo ahora obvio de Berlín de poner fin a estos programas.
Sin embargo, ya sea el Eurodrone, el avión de combate FCAS, los tanques MGCS, el sistema de artillería CIFS, el avión de patrulla marítima MAWS e incluso el Tiger 3, la última versión del helicóptero de combate europeo, todos estos programas constituyen hoy el corazón de la anticipación tecnológica y operativa de los ejércitos franceses y la industria de defensa nacional para las próximas décadas. De hecho, si Berlín (y Madrid en relación con FCAS) pusieran fin a esta colaboración, no hay duda de que Francia tendrá que desarrollar ella misma, si no los mismos programas y equipos, al menos sus sustitutos operativos. En estas condiciones, ¿podemos aprovechar el reajuste de estos programas estratégicos y de dimensionamiento para corregir algunas de sus deficiencias o ambiciones mal calibradas, y así diseñar y producir equipos más adecuados a las necesidades operativas de los ejércitos franceses y capaces de satisfacer mejor las necesidades? expectativas de la demanda internacional, a fin de incrementar la sostenibilidad fiscal?
Un cronograma basado en las necesidades operativas
Una de las principales críticas que se pueden hacer a los programas de cooperación franco-alemana se basa en el calendario elegido por París y Berlín. De hecho, FCAS como MGCS, CIFS y MAWS, todos apuntan a entrar en servicio entre 2035 y 2040. Además, los fabricantes a cargo de estos programas ya han señalado que dadas las ambiciones tecnológicas desplegadas, pero también la engorrosa gestión bi o trinacional de estos programas, estos plazos serán muy difíciles de cumplir. Sin embargo, al mismo tiempo, muchos factores indican ahora que el pico de las tensiones internacionales, especialmente entre Estados Unidos y China, intervendrá mucho antes de esta fecha. Sin embargo, si estallara un conflicto, directa o indirectamente, entre las dos superpotencias en el Pacífico y el Océano Índico, lo más probable es que la situación de seguridad en Europa, pero también en el Medio Oriente, en el Cáucaso y África , también se deterioraría, muy probablemente arrastrando consigo a Francia y sus aliados europeos.
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