Durante varios meses, los programas de cooperación industrial militar entre Francia y Alemania han estado en dificultades, por no decir francamente amenazado. Ya sea un reposicionamiento de las autoridades alemanas a favor del enlace transatlántico tras la elección de Joe Biden, ambiciones industriales excesivas y desequilibradas entre los jugadores, o diferencias en las expectativas operativas de los ejércitos de los dos países, las tensiones entre París y Berlín están aumentando, creando en el proceso creciente hostilidad de la opinión pública frente a estos programas, a ambos lados del Rin. Por si fuera poco, ahora se ha materializado una espada de Damocles por encima del programa FCAS, el principal programa de cooperación entre Francia y Alemania, con el riesgo de colapsar todos los programas. Y esta espada no es otra que la probable llegada de los Verdes al gobierno durante las elecciones legislativas alemanas de septiembre de 2021.
De hecho, cada vez más expertos coinciden, al otro lado del Rin, en pensar que la CDU-CSU de Angela Merkel no tendrá otra opción al final de estas elecciones que forjar una alianza de gobierno con el partido de los Verdes, que hoy supera el 20% en intenciones de voto, y que de hecho podría tener las llaves del futuro gobierno alemán este otoño. Pero más allá de la dinámica política en marcha en Alemania y el juego de alianzas inherente al modelo político germánico, la llegada de los Verdes al gobierno alemán bien podría significar el final del programa FCAS. De hecho, los Verdes alemanes, si tienen posiciones de defensa paneuropeas bastante cercanas a las expresadas por Emmanuel Macron en los últimos años, también tienen dos líneas rojas infranqueables para mantenerse en las buenas gracias de su electorado.
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