Hace unos días, un artículo publicado por el sitio chino South China Morning Post Se salvó a la comunidad de los observadores de la industria de la aviación militar china, al anunciar que la firma Zhongtian Feilong Intelligent Technology estaba desarrollando un dron de combate pesado, el Feilong 2, cuyo perfil de misión sería idéntico al del futuro bombardero estratégico estadounidense B-21. Raider en desarrollo por Northrop Grumman. Según la empresa china, el prototipo ya está muy avanzado y la entrada en servicio del FL2 podría tener lugar ya en 2026. En cuanto al rendimiento, Zhongtian Feilong anuncia una alta velocidad subsónica, un alcance de 7000 km, un techo de 15.000 metros, y que sería capaz de realizar ataques estratégicos nucleares o convencionales gracias a su gran sigilo ligado entre otras cosas a su perfil de ala voladora.
La hipótesis de ver a Beijing equiparse con una flota de bombarderos estratégicos dronizados de largo alcance preocupa a los occidentales. No solo representarían una amenaza estratégica para los Estados Unidos y los países del cinturón del Indo-Pacífico, sino que también podemos imaginar que tales dispositivos podrían constituir una formidable fuerza de ataque antibuque en la inmensidad del Pacífico. Y siempre que los drones estén equipados con un poste de repostaje en vuelo, su autonomía sería incomparable con la de los dispositivos piloteados. Pero debe, sin embargo, tener más cuidado con los anuncios hechos por Zhongtian Feilong, en cuanto a la comparación realizada con el B21 Raider.
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