Hay signos inequívocos del nivel de tensión que existe entre Occidente y Rusia, en el contexto de la agresión rusa en Ucrania. Así, apenas unos días después del lanzamiento de lo que Moscú presenta como una “Operación Militar Especial”, y que evidentemente se está convirtiendo en una pesadilla para los ejércitos rusos, el Kremlin había anunciado la alerta máxima de sus fuerzas de disuasión. Si en su momento las potencias nucleares occidentales no habían planteado públicamente la amenaza para no agravar la situación, sacaron sus propias conclusiones. Así, hoy aprendemos que Francia ha desplegado 3 de sus 4 submarinos nucleares de misiles balísticos en el mars, los barcos clave de la disuasión francesa, cada uno con 16 misiles intercontinentales M51 capaces de transportar de 6 a 10 ojivas nucleares de 100 Kt, un nivel de disuasión nunca alcanzado desde la crisis de los euromisiles en 1983, a menudo considerada una de las dos culminaciones de la Guerra Fría con la Crisis de los misiles en Cuba en 1962.
En tiempos de paz, la Armada francesa despliega permanentemente un único SSBN en el mar para garantizar la seguridad de Francia. Un segundo barco del mismo tipo se mantiene en alerta y debe poder hacerse a la mar en un plazo de 24 horas en caso de crisis. El tercer barco emite una alerta de 30 días y su tripulación está entrenando. El último edificio, finalmente, se encuentra en mantenimiento programado. Además de los SSBN de la Fuerza Estratégica Oceánica (FOST), dos escuadrones de la Fuerza Aérea y Espacial, el 1/4 Gascogne y el 2/4 Lafayette, equipados con Rafale B especialmente adaptados a la misión nuclear, aportan el componente aéreo de disuasión, con capacidad de alcanzar un objetivo a varios miles de kilómetros de distancia con sus misiles supersónicos ASMPA. Por último, la aviación naval francesa también tiene capacidad para desplegar este mismo misil desde determinados Rafale M se embarcó a bordo del portaaviones Charles de Gaulle. Hoy, obviamente, todas estas capacidades disuasorias francesas están en alerta, aunque no sabemos si los misiles ASMPA estaban hoy a bordo del Charles de Gaulle en una misión en el Mediterráneo.
Esta revelación se produce cuando la intervención militar rusa en Ucrania sigue encontrando una resistencia muy fuerte por parte de los defensores ucranianos, y en varias líneas de contacto, incluso parece que la iniciativa ha cambiado de bando. Así, las fuerzas armadas ucranianas han conseguido, en los últimos días, llevar a cabo algunas actuaciones brillantes, como la destrucción de más de una docena de helicópteros de la fuerza aérea rusa en la base aérea de Kherson, o incluso la liberación del alcalde de Melitopol de manos de las fuerzas rusas. Sobre todo, las pérdidas rusas continúan acumulándose más allá de lo que la fuerza militar desplegada no puede soportar. Así, según la inteligencia estadounidense, ya son más de 7000 los soldados rusos los que han perdido la vida desde el 24 de febrero en Ucrania, es decir, un total de pérdidas que se puede estimar en más de 25.000 hombres teniendo en cuenta los heridos, los prisioneros (Ucrania anuncia más de 1.000 prisioneros de guerra), y deserciones.
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