Mientras los ojos del mundo siguen puestos en la guerra en Ucrania, las tensiones en el teatro del Pacífico siguen siendo muy altas, y las principales naciones involucradas están redoblando su inversión e innovación en un intento de ganar ventaja sobre sus posibles adversarios. Así, en los últimos meses, las dos Coreas se involucraron en una pelea de largo alcance sobre sus capacidades de ataque de largo alcance demostrando sucesivamente la efectividad de sus nuevos misiles balísticos y de crucero, mientras que China también ha implementado nuevas capacidades en esta área, incluidas las armas de trayectoria hipersónica y semibalística. Estos últimos ahora preocupan a los estados mayores de Japón y Corea del Sur, sabiendo que las armas antibalísticas tradicionales, como el SM-3 del sistema estadounidense Aegis y el THAAD, están luchando para brindar una respuesta efectiva para contrarrestar estas amenazas.
Si bien los dos dragones asiáticos se comprometieron a desarrollar sistemas de armas comparables a mediano plazo, para equilibrar la realidad de la amenaza frente a Pyongyang, así como a Beijing e incluso a Moscú, también recurrieron a el único misil que probablemente proporcione una defensa eficaz contra armas de este tipo, el misil estadounidense RIM-174 Standard ERAM, también llamado SM-6. A diferencia del SM-3 dedicado a la intercepción antibalística a gran altura, el SM-6 no emplea un impactador cinético, sino que intercepta la amenaza con su propia precisión y maniobrabilidad. Esto permite que el misil se desempeñe tan bien contra objetivos aéreos en maniobra, como aviones de combate, como contra armas balísticas que operan a muy alta velocidad pero a altitudes relativamente bajas, como misiles hipersónicos o misiles con una trayectoria semibalística, esos -el mismo cosa que plantea problemas para SM-3 y THAAD. El SM-6 es tan versátil que incluso se puede utilizar contra objetivos terrestres o de superficie si es necesario.
Por ello, no es de extrañar que Seúl anunciara que sus futuros destructores pesados KDX-III Batch II estarían equipados con este misil, con el fin de perfeccionar la panoplia defensiva de Corea del Sur frente a su vecino del norte que ha demostrado capacidades sorprendentes para desarrollar este tipo de misiles balísticos y armas hipersónicas en los últimos años. El SM-6 se ubicará, por tanto, junto al antiaéreo SM-2 y el antibalístico SM-3 dentro de los 48 silos verticales Mk-41 que equiparán a los nuevos destructores, ofreciendo una completa panoplia defensiva a los edificios, y esto de tanto como también llevarán, además de un cañón de 127 mm, 16 silos verticales K-VLS de diseño surcoreano con capacidad para misiles antiaéreos y antimisiles K-SAAM (alcance 20 km), misiles antisubmarinos Hong Sang Eo (Red Shark) marineros y misiles de crucero TSLM, así como 24 nuevos silos K-VLS II para acomodar los nuevos misiles antiaéreos Cheongung 3 (alcance 150 km), así como el nuevo misil antibuque supersónico en desarrollo curso.
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[…] cambió desde este análisis, además de dos cosas: por un lado, la Marina de los EE. UU., pero también las armadas japonesa, australiana y surcoreana, se han comprometido a desplegar rápidamente el nuevo misil RIM-174 SM-6 a bordo de su [… ]
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