Para Berlín y Tokio, la tentación es grande de avanzar hacia la constitución de ejércitos hipertecnológicos confiando en sus importantes medios para responder a sus desventajas demográficas y sociales.
A pocos días del inicio de la ofensiva rusa contra Ucrania, el canciller alemán Olaf Scholz anunció al Bundestag que su intención de llevar el esfuerzo de defensa del país "más allá del 2% del PIB", rompiendo con tres décadas de falta de inversión crónica por parte de la Bundeswehr, que hoy es más una administración que un ejército operativo.
Unos meses después, fue el turno del Partido Liberal Democrático Japonés, que gobierna el país desde 2012, de anunciar su intención de aumentar considerablemente el esfuerzo de defensa del país, rompiendo el techo de hierro que limitaba la financiación de las autodefensas japonesas al 1% del PIB, y llevar este esfuerzo, de nuevo, al 2% de todos los recursos producidos por el país en un año.
Hace unos días, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, reiteró esta ambición para responder a las crecientes tensiones con China, incluso sobre Taiwán, pero también a la amenaza de Corea del Norte.
Sin embargo, estos dos países comparten muchos atributos, que les dan especificidades únicas en el campo del esfuerzo de defensa. De hecho, tanto Berlín como Tokio pueden confiar en recursos presupuestarios muy significativos para la cuarta y la tercera economía del planeta, respectivamente, mientras que ambas enfrentan limitaciones demográficas considerables.
Además, ninguno de ellos está limitado por los grandes gastos de defensa relacionados con la implementación de una fuerza de disuasión nuclear, o incluso una fuerza de proyección de poder significativa, debido a sus historias comunes heredadas del final de la Segunda Guerra Mundial.
Como veremos, todos estos factores tienden a dar a las futuras fuerzas armadas alemanas y japonesas características únicas, allanando el camino para el surgimiento de una nueva forma de fuerzas armadas, denominadas hipertecnológicas, más allá de 2030.
En efecto, en esa fecha, el PIB alemán debería ascender a $5.000 millones, según los supuestos de probable crecimiento e inflación hasta la fecha. Con un esfuerzo superior al 2%, la Bundeswehr dispondrá entonces de más de 100 millones de dólares cada año para su funcionamiento, un 35% más que los presupuestos de los ejércitos francés, británico o incluso indio a esta fecha, según las previsiones actuales.
En cuanto a Japón, con un PIB ya equivalente a $ 5.000 mil millones en la actualidad, un esfuerzo de defensa del 2% permitiría a las fuerzas de autodefensa japonesas tener el tercer presupuesto anual de defensa en más de $ 115 mil millones por año en 2030.
A modo de comparación, el presupuesto de defensa japonés en 2022 equivale a 54 millones de dólares, lo que ya le permite implementar una fuerza armada más que respetable con 250.000 hombres, mil tanques de combate, 250 aviones de combate, 22 submarinos y 38 destructores y fragatas.
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