Como muchos países europeos, Rumanía redujo considerablemente su esfuerzo de defensa desde la década de 2000, cuando el país se unió a la OTAN en 2004 y a la Unión Europea en 2007. De hecho, pasó del 2,5 % del PIB en 2000 al 1,2 % del PIB en 2012. Sin embargo, debido a una economía muy dinámica con un PIB multiplicado por 7 entre 2000 y 2020, el gasto en defensa ha experimentado un aumento, pasando de 1 millones de dólares en 2000 a 2,4 millones de dólares en 2012. Y como la mayoría de los países de Europa del Este, Bucarest se comprometió, a partir de 2014 y la intervención rusa en Ucrania, para reconstruir sus fuerzas militares. Así, a día de hoy, los ejércitos rumanos cuentan con un presupuesto anual de más de 6 millones de dólares, lo que representa el 2% del PIB. Además, el gobierno rumano se ha comprometido a llevar el esfuerzo de defensa al 2,5 % del PIB, incluso cuando el crecimiento económico del país supera el 7 %. De hecho, para 2025, el presupuesto de defensa rumano superará los 10 millones de dólares, 10 veces lo que era en 2000.
Esta afluencia de medios permite al personal emprender extensos programas de modernización de la fuerza, en particular para hacer la transición de equipos que datan de la era soviética a equipos estándar de la OTAN. Así, en los últimos meses, Bucarest ha negociado la adquisición de una cuarenta F-16 de segunda mano de Noruega, así como 54 tanques pesados M1A1 Abrams que serán tomados de la flota de la Guardia Nacional de EE. UU. El país ya había anunciado la adquisición en 2020 de sistemas HIMARS y 7 baterías Patriot PAC-3. A principios de semana, el Ministerio de Defensa rumano también confirmó que estaba comprometido en la adquisición de F-35A Lighting 2, sin especificar el número ni el calendario. En efecto, el país comparte casi 650 km de fronteras con Ucrania en conflicto con Rusia, y otro tanto con Moldavia, también amenazada por Moscú.
En el ámbito naval, Bucarest había adjudicado, en julio de 2019, la construcción de 4 corbetas Gowind 2500 y la modernización de las fragatas Tipo 22 adquiridas de segunda mano a la Royal Navy, a una empresa mixta formada por el Grupo Naval Francés y el astillero local. Santierul Naval Constanza (SNC). Desde entonces, el programa ha estado en suspenso debido a numerosos procedimientos de protesta emprendidos por el holandés Damen y el italiano Fincantieri, que amenazan la modernización de la flota rumana, que sin embargo es crucial para el control del Mar Negro por parte de la OTAN. Más allá de este programa, Naval Group bien podría, en un plazo relativamente corto, participar en otro importante programa rumano. En efecto, el Ministerio de Defensa acaba de iniciar, en el marco de la ejecución del presupuesto de defensa de 2023, la solicitud de autorización parlamentaria para comenzar la construcción de modernos "submarinos diesel", así como buques de guerra de minas.
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[…] 13 de abril de 2023 1 […]
¡Viva Rumanía y Francia!