En muchos sentidos, la política de defensa de Corea del Sur es ejemplar. Cierto es que el país vive bajo la amenaza permanente de que su primo del norte cuente no sólo con una fuerza militar muy importante a falta de modernidad, sino también con armas nucleares y vectores cada vez más poderosos. Si, al igual que los países europeos, pero también Japón o Australia, el país puede contar con la protección de los Estados Unidos con, en particular, más de 28.000 soldados estadounidenses desplegados permanentemente en su suelo, Seúl siempre ha trabajado para fortalecer sus propias capacidades militares, como así como su autonomía estratégica industrial y tecnológica, lo que lo convierte en uno de los ejércitos convencionales más poderosos y modernos de todo el teatro del Pacífico en la actualidad.
Al igual que otras 190 naciones, Corea del Sur es signataria del Tratado de No Proliferación Nuclear, aunque Corea del Norte se retiró de él en 2003. De hecho, no puede desarrollar su propia disuasión nuclear para contrarrestar la amenaza de Pyongyang incluso tecnológicamente, el país podría permitírselo relativamente rápido. Sin embargo, Seúl no tiene la intención de depender únicamente del paraguas nuclear estadounidense para garantizar su seguridad. Es así como los ejércitos de Corea del Sur han desarrollado, desde hace varios años, una doctrina especialmente diseñada para neutralizar la amenaza estratégica del Norte, la doctrina de los “3 ejes”. Esto se basa en una respuesta de 3 pasos a un ataque nuclear inminente de Corea del Norte. En primer lugar, una vez adquirida la certeza de la realidad de estos ataques por venir por parte de las autoridades surcoreanas, las fuerzas armadas realizarán una serie de ataques preventivos para eliminar todos los vectores identificados que puedan ser utilizados para este fin. Los vectores que hayan escapado a este ataque preventivo deben ser interceptados por los medios necesarios, en este caso las capacidades antibalísticas y antiaéreas implementadas por los ejércitos. Finalmente, una tercera etapa prevé la eliminación, una vez eliminada la amenaza nuclear, de todos los sitios críticos de Corea del Norte, como búnkeres de mando, medios de comunicación, depósitos logísticos, etc., para decapitar el conjunto de la ofensiva del oponente. medio.
La Doctrina de los 3 ejes de Corea del Sur no es sólo un espantapájaros político destinado a tranquilizar a la opinión pública. En efecto, los sucesivos gobiernos, aunque pertenecientes a distintas sensibilidades políticas, llevan muchos años trabajando para dotar a los ejércitos de los medios para implantarlo con la mayor eficacia posible. Por eso, la fuerza aérea de Corea del Sur se está equipando con aviones furtivos como el F-35 y el KF-21, así como con una amplia gama de sistemas antiaéreos y antibalísticos, que las fuerzas terrestres están desarrollando una formidable capacidad de ataque de largo alcance, y que la Marina ha armado sus grandes unidades de superficie, como los destructores Según el Grande, y sus submarinos Dosan Anh Changho, significativas capacidades de ataque terrestre y planes para adquirir un portaaviones de más de 40.000 toneladas. Es también en el marco de esta doctrina que el 13 de abril se anunció la adjudicación del contrato de estudio de un nuevo tipo de buque, el Barco Arsenal, que transportará nada menos que 80 misiles balísticos listos para disparar.
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