Según Lockheed Martin, el caza F-35 seguirá representando la columna vertebral de las fuerzas aéreas occidentales hasta 2080. En ese momento, el caza de quinta generación, que entró en servicio en 5 (US Air F-2015A Force), tendrá 35 años y habrá visto más de tres generaciones de pilotos.
Esta dinámica está lejos de ser exclusiva del F-35. Así, el Rafale de Dassault Aviation, que entró en servicio en 2000, seguirá volando dentro de las fuerzas aéreas francesas hasta 2060, al igual que el Typhoon El F-15EX europeo o americano.
Si bien los aviones de combate tenían una vida útil de 15 a 20 años dentro de las fuerzas, en los años 50 y 60, los avances tecnológicos, pero también el aumento de los costes de desarrollo y adquisición de aviones, llevaron a las fuerzas aéreas a intentar aumentar la vida útil efectiva de los aviones. sus aviones, a través de una gran escalabilidad que les permite estar equipados con nuevas capacidades, y una gran versatilidad, para simplificar y armonizar fuerzas, sin perder capacidades.
Estos paradigmas son hoy la fuerza de los dogmas, en particular en lo que respecta al desarrollo de nuevos aviones de combate como el FCAS y el GCAP europeos, o el NGAD estadounidense, los tres diseñados para durar más de 50 a 60 años, manteniendo al mismo tiempo una eficiencia operativa superior a la del modelo. adversario.
Sin embargo, estas certezas sobre la eficacia de estos paradigmas, que determinan hoy la conducta y las ambiciones de los programas de aviones de combate, pero también el formato de las flotas de cazas, resisten a un análisis comparativo, frente a un modelo más convencional, con ciclos más cortos, más especializado. ¿Y dispositivos menos escalables y series más pequeñas? Esto está lejos de ser obvio...
Resumen
Escalabilidad y versatilidad, los paradigmas clave de los aviones de combate modernos.
En 1990, las fuerzas aéreas francesas implementaron 7 modelos diferentes de aviones de combate: el Mirage 2000 C y el Mirage 2000N para defensa aérea y disuasión aérea, el Mirage F1CT y CR para ataque y reconocimiento, el Jaguar para ataque, el Mirage IVP para estrategia reconocimiento, el F-8 Crusader para defensa aérea a bordo, el Super Étendard para ataque a bordo y el Étendard IVP para reconocimiento a bordo.
En 2030, estas mismas fuerzas aéreas sólo desplegarán dos modelos de cazas: el Rafale, en versiones A, B y M, y el Mirage 2000D, este último deberá abandonar el servicio en 2035, para una flota compuesta íntegramente por Rafale, pero aún capaz de llevar a cabo de manera muy efectiva todas las misiones de las fuerzas aéreas francesas, incluidas las de disuasión y las fuerzas aeronavals embarcadas.
La sustitución de siete modelos por un solo caza representa para ellos numerosas ventajas, especialmente en términos de formación del personal de mantenimiento y de las tripulaciones, así como en términos de gestión de flujos para mantener el avión en condiciones operativas.
No solo el Rafale Es capaz de hacerlo todo, y de hacerlo bien, pero es notablemente capaz de evolucionar. Así, el Rafale El F1 del año 2000, un caza de superioridad aérea a bordo, poco tiene que ver, en términos de capacidades, con el Rafale El F4 que está llegando, un avión verdaderamente multimisión, aunque sea el mismo fuselaje.
Desde el punto de vista presupuestario, disponer de un avión totalmente versátil, capaz de evolucionar a lo largo de los años para adquirir nuevas capacidades con el fin de mantenerse en la cima de las fuerzas aéreas, parece cumplir todos los requisitos para disponer de una flota de caza optimizada. De hecho, la versatilidad permite línea de corriente esta flota, mientras que la escalabilidad permite conservar los aviones durante más tiempo sin degradar el rendimiento operativo y, por tanto, adquirir nuevos cazas con menor frecuencia.
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