Desde hace poco más de diez años, la Unión Europea aborda la cuestión de la industria de defensa a partir de dos observaciones preocupantes. En primer lugar, los ejércitos europeos, una de cuyas principales misiones, la protección del espacio europeo, requiere una gran homogeneidad, brillan por su falta de estandarización, lo que perjudica su capacidad para apoyarse mutuamente y cooperar eficazmente.
Por otra parte, los ejércitos europeos todavía dependen principalmente de equipos de defensa procedentes de países no europeos, en particular de los Estados Unidos, lo que perjudica considerablemente el desarrollo de una base industrial y tecnológica de defensa capaz de apoyar a los ejércitos europeos en caso de conflicto.
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, estos dos grandes problemas han obstaculizado considerablemente el apoyo potencial europeo a Kiev. De este modo, llevaron a la entrega de multitud de equipos diferentes, tomados de los inventarios de los ejércitos, creando un caos logístico que todavía perjudica a los ejércitos ucranianos. En determinadas zonas, la oposición de los países de origen de las armas ha privado a los ejércitos ucranianos de medios críticos, aunque disponibles en Europa.
Sobre todo, parecía que las capacidades industriales europeas en términos de defensa eran demasiado débiles para soportar un conflicto de ese tipo, lo que obligó a Kiev a depender sobre todo de Estados Unidos para resistir los ataques rusos. Esta dependencia generó temores de un colapso de los ejércitos ucranianos, cuando el Congreso estadounidense bloqueó, durante más de seis meses, la ayuda militar estadounidense a Ucrania.
En este contexto, se esperaba con impaciencia el informe sobre el futuro de la competitividad europea, que trata, entre otras cosas, de la industria europea de defensa, en particular para que sirva de guía para la acción de la nueva Comisión en este ámbito. Está claro que si los diagnósticos que se hacen en este informe son los correctos, y los mismos, además, como se ha identificado anteriormente, las soluciones recomendadas, en cambio, son mucho más cuestionables.
Resumen
El informe sobre el futuro de la Competitividad Europea de septiembre de 2024 y su apartado sobre la industria europea de defensa
Publicado el 9 de septiembre de qué relación presenta un panorama exhaustivo de todos los retos industriales que afrontará Europa en los próximos años. Se estudian así muchos campos, desde la energía hasta la inteligencia artificial, pasando por el transporte y la industria farmacéutica. El séptimo de estos temas se refiere a la industria de defensa europea.
El informe comienza estableciendo un marco equilibrado, especificando que la industria de defensa en Europa representa una facturación anual de 135 mil millones de euros, incluidos 52 mil millones de euros dedicados a las exportaciones, para medio millón de puestos de trabajo dentro de la UE. Este ámbito se presenta como esencial para el esfuerzo de defensa y la postura disuasoria europea, al tiempo que participa en el mix tecnológico global, a través de I+D de vanguardia.
El diagnóstico es implacable: la Unión Europea depende principalmente de las armas estadounidenses para equipar a sus ejércitos
Posteriormente se identifican y cuantifican los diferentes problemas y obstáculos. Así, de los 75 millones de euros invertidos por los ejércitos europeos entre junio de 2022 y junio de 2023, en términos de material de defensa, más de 56 millones de euros, o el 78%, se enviaron a empresas no europeas, de los cuales 47 millones de euros, 63. %, sólo para las empresas americanas.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, los fabricantes europeos disponían de equipos competitivos en términos de prestaciones y precio, para cubrir las necesidades de los ejércitos europeos.
Según el informe, este apetito europeo por equipos no europeos, y en particular americanos, se explica por la debilidad de la capacidad de respuesta de la industria de defensa europea, en particular en términos de plazos, lo que llevó a los ejércitos europeos a girar hacia el “apagado”. Soluciones disponibles en el mercado, disponibles más rápidamente.
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¡Bravo por esta iluminación! Está muy claro. Creo que las actuales preocupaciones alemanas nos impiden avanzar rápidamente en esta dirección. Todavía tenemos esta diplomacia del automóvil que bloquea cualquier decisión europea. “Vendo autos, tengo dinero, así que decido mantener esta “protección estadounidense””. Esta clave de lectura oculta ha bloqueado todo progreso de la UE durante 20 años. Ha disminuido un poco desde la guerra en Ucrania, pero sigue siendo un elemento poderoso en todas las cadenas de toma de decisiones en Alemania y, por tanto, en última instancia, en la UE. ¿Esto mejorará? Hay motivos para esperar que así sea. Los Estados Unidos, presionados por los acontecimientos, se sienten tentados a abandonar el asunto. Esperen y verán... Para Francia, lo más importante es recuperar el exceso de energía eléctrica. Esta es la mejor manera de recuperar palancas de influencia en la UE y la industria para equilibrar las cuentas.