La vigilancia costera de China es proporcionada por radares trans-horizonte.

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En términos de comunicación, a China, al igual que a Rusia, le gusta reciclar su información para mantener un flujo de publicaciones creando una sensación de gran dinamismo. Éste es el caso hoy de un artículo publicado por el sitio web estatal Global Times, centrándose en la invulnerabilidad de los radares costeros de alerta temprana chinos frente a los sistemas antirradar.

De hecho, las fuerzas chinas han desplegado a lo largo de la costa del país una serie de infraestructuras de radar de alta frecuencia, que utilizan el principio de las ondas superficiales, lo que permite al sistema detectar aviones más allá del horizonte, y esto a pesar de la redondez de la Tierra. También tienen la particularidad de ser poco sensibles a las tecnologías furtivas utilizadas hoy en día, lo que permite detectar un dispositivo furtivo a grandes distancias. Finalmente, como señala el artículo, las bandas de frecuencia utilizadas por estos radares los hacen “indetectables” para los actuales misiles antirradar, especializados en rastrear haces en bandas de frecuencia mucho más altas.

Dicho esto, esta tecnología está lejos de ser perfecta y no nueva. La Unión Soviética ya había desplegado un radar de este tipo para garantizar la detección avanzada de la península de Kola en los años 80. Además, carece de precisión, hasta el punto de que es difícil, si no imposible, dirigir un misil basándose en la información proporcionado por este sistema. Por último, requieren una infraestructura pesada, que por naturaleza no es muy móvil. Por tanto, no es necesario un misil antirradar para superarlo. Conocida la posición de cada radar, uno o más misiles de crucero son perfectamente capaces de eliminar el sistema.

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Francia fue pionera en radares sobre el horizonte, con el radar Nostradamus desarrollado por ONERA, y capaz de detectar cualquier avión, incluso los furtivos, en una banda situada entre 700 y 2000 km alrededor de la infraestructura. A este programa le siguió en 2009 el programa STRADIVARIUS, esta vez utilizando ondas superficiales. Thales también ofrece un sistema de defensa costera basado en esta tecnología. Australia y Canadá también utilizan radares de este tipo para detectar grandes áreas a su alrededor.

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